¿Debe admitirse que los esposos y esposas de las hijas e hijos, respectivamente, trabajen en la empresa de la familia? Esta cuestión no tiene fácil respuesta.
Hay casos de hijos políticos altamente competentes que son la figura clave
“Querido hijo:
(...) Antes que nada quiero que sepas que vas a trabajar con nosotros porque nuestros directivos creen que tienes las competencias, la experiencia y la formación necesarias para ser un miembro eficaz de nuestro equipo y que puedes contribuir mucho a nuestro desarrollo y éxito futuros. El hecho de que seas además mi hijo es secundario. Pero puede ser a la vez motivo de satisfacción y de problemas para ambos. Aunque no puedo prever todas las posibilidades, te ofrezco a continuación unas directrices que quisiera que tú y yo siguiéramos
<<“Un ejemplo vale más que mil palabras”. No se puede sustituir el ejemplo que la familia tiene que dar a toda la organización. La esencia del liderazgo es el ejemplo. Quien lidera tiene que ejemplificar con sus actuaciones lo que dice con sus palabras y tiene que demostrar con su ejemplo que se toma su trabajo en serio. El liderazgo en una empresa familiar lo ejerce
Mi querido hijo Florín:
¡Acabas de nacer! ¡Qué gran alegría nos has dado a todos!
Cuando te tuve por primera vez en mis brazos te dije al oído estas palabras que quiero inmortalizar por escrito para que nunca las olvides: “¡Hijo mío! ¡Tenemos un gran plan para ti! ¡Jamás tendrás que buscar empleo porque trabajarás en el negocio familiar! ¡Qué gran oportunidad para ti y qué felices seremos trabajando juntos en nuestro negocio! Te queremos y no olvides que el lema de nuestra familia es: uno para todos y todos para el negocio”.