lunes, 6 de mayo de 2013

Carta de un padre a un hijo y la empresa de dirección familiar




“Querido hijo:

(...) Antes que nada quiero que sepas que vas a trabajar con nosotros porque nuestros directivos creen que tienes las competencias, la experiencia y la formación necesarias para ser un miembro eficaz de nuestro equipo y que puedes contribuir mucho a nuestro desarrollo y éxito futuros. El hecho de que seas además mi hijo es secundario. Pero puede ser a la vez motivo de satisfacción y de problemas para ambos. Aunque no puedo prever todas las posibilidades, te ofrezco a continuación unas directrices que quisiera que tú y yo siguiéramos
, si es que aceptas el trabajo:
(...) 2. Mi estilo de dirección consiste en trabajar en estrecho contacto con mis subordinados directos, procurando ayudar a todos los demás empleados. Espero serte útil colaborando en tu aprendizaje y en la resolución de los problemas de tu trabajo. Pero lo haré como lo hago con los demás empleados: guardando distancias. 
(...) 5. Tu ingreso en la compañía no implica obligaciones especiales. Se trata simplemente de ofrecerte una oportunidad que puede acabar siendo un éxito. En todo caso tenemos que estar de acuerdo en lo siguiente:
  1. Eres totalmente libre para dejar la empresa si te surge una oportunidad mejor. (...)
  1. Si nosotros llegamos a la conclusión de que ésta no es la empresa o el trabajo adecuados para ti, porque es pequeña o grande, limitada o anónima, trataremos de encontrarte un trabajo mejor. Espero que esta solución no afecte a nuestra relación ni a tus sentimientos hacia mí. (...)”

En el post que denominamos “Uno para todos y todos para el negocio” contamos la historia imaginaria de Supermercados Florín y vimos lo que era una típica empresa de trabajo familiar
Esta interesante carta publicada en el blog de Juan Carlos Valda (http://jcvalda.wordpress.com) el 19 de mayo de 2011 representa muy bien a la “empresa de dirección familiar”. En mi libro El Protocolo Familiar ¿Sí o No? (descargable gratuitamente desde mi página web www.leflaempresafamiliar.com) defino este tipo de negocios como sigue:

En la empresa de dirección familiar, segundo tipo analizado, sólo los capaces de dirigir se pueden incorporar a la empresa. Son negocios que han tenido éxito, han crecido y han incorporado directivos no familiares. Adquiere mucha importancia en sus protocolos el que haya unas reglas de incorporación que garanticen que solo entren a trabajar aquellos familiares que tengan capacidad para dirigir o que puedan llegar a tenerla. También es capital que se cree un sistema que garantice “igualdad de oportunidades” entre no familiares y familiares como medio para atraer y retener talento.”

El padre que escribe esta carta tiene claro que el negocio requiere competencia e  “igualdad de oportunidades” entre familiares y el resto de las personas que componen la organización. Su hijo permanecerá en el negocio mientras se considere que es capaz y aporta. Como contrapartida tiene la libertad para dejar el negocio cuando lo desee. Estamos ante una típica empresa de dirección familiar aunque no todos los negocios de este tipo mantienen las distancias con la familia en el lugar de trabajo, ni el director general toma las decisiones que afectan a los miembros de la familia de forma colegiada con los directivos no familiares. Se puede ser una empresa de dirección familiar y funcionar con cercanía y ser la propia familia la que, a través del Consejo de Familia, toma las decisiones sobre contratación, desarrollo profesional y terminación del trabajo de los familiares.  

Cuando se inicia la elaboración de un protocolo familiar hay que responder a las cuestiones: ¿qué tipo de empresa familiar somos? y ¿cuál deberíamos ser en el futuro? El tipo de negocio familiar determina en gran medida el contenido del protocolo. Tan determinante es esta decisión que Alfonso Chiner, profesor del IESE, considera una de las causas de falta de éxito en los protocolos familiares el “no identificar qué modelo de empresa familiar se tiene y cuál se quiere” (ver Newsletter de la Cátedra de Empresa Familiar Nº 7, IESE). En esa publicación manifiesta lo siguiente: 

“Con la lógica evolución del tiempo, tanto la empresa y su entorno como las propias familias crecen, el número de personas aumenta, y el modelo de Empresa Familiar debe evolucionar en consecuencia. El tránsito de un modelo lógico y habitual en la etapa del fundador y en las primeras generaciones de trabajo familiar gestionado por miembros de la familia, a un modelo de empresa familiar de dirección y gobierno, en la que se separan los roles de la familia en la propiedad, el gobierno y la gestión de la empresa, requiere una planificación y establecer unos criterios en el Protocolo Familiar que garanticen con éxito esta evolución del modelo empresa.”

La empresa de trabajo familiar, si tiene éxito, normalmente evoluciona hacia la empresa de dirección familiar y ésta con el tiempo hacia la empresa de gobierno familiar.  Tener claro cuál debe ser el tipo de negocio que se es y cuál se debe ser en el futuro es esencial para, de requerirse, planificar con éxito el tránsito de uno a otro, durante la elaboración del protocolo familiar. 

Volveremos a hablar sobre la empresa de gobierno familiar en un futuro post.

Rafael Rodríguez Díaz

Nota.- La “Carta a mi sucesor”, de la que se han transcrito algunos fragmentos, tiene su fuente en el Material de la Cátedra de Empresa Familiar de la Universidad de Valencia (Venezuela).

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