martes, 9 de abril de 2013

La importancia del ejemplo de la familia



Cuando escribí mi libro La Empresa Familiar: Doce Claves para el Éxito nunca tuve dudas de que la primera clave era “la familia tiene que dar ejemplo”. Así comienza el primer capítulo de este libro: 
<<“Un ejemplo vale más que mil palabras”. No se puede sustituir el ejemplo que la familia tiene que dar a toda la organización. La esencia del liderazgo es el ejemplo. Quien lidera tiene que ejemplificar con sus actuaciones lo que dice con sus palabras y tiene que demostrar con su ejemplo que se toma su trabajo en serio. El liderazgo en una empresa familiar lo ejerce
fundamentalmente la familia propietaria, en mayor medida los familiares que trabajan en la empresa, pero también, los que no lo hacen. La familia es permanentemente escrutada. Sus gestos son analizados e interpretados, sus palabras y actuaciones constituyen uno de los temas habituales de conversación de los empleados. Ningún miembro de la familia que trabaje en la empresa puede pensar que los empleados no se enteran de lo que hace. Tiene que asumir lo contrario. El personal y otros miembros de la familia saben si un familiar llega tarde a trabajar,  si no se esfuerza lo suficiente, si se salta a la torera las normas de la empresa, si no hace un trabajo de calidad e, incluso, si hay problemas o conflictos en la familia empresaria. En realidad, hay que asumir que la familia está a la vista de toda la empresa de forma permanente y que, por tanto, no les queda más remedio a todos y cada uno de sus miembros que encarnar el espíritu de trabajo y la conducta que tiene que desarrollarse en toda la organización. La familia tiene que convencerse de que no se desarrollará en la empresa nada que no sea ejemplificado por ella. Esto es, en esencia, disciplina.>>
En algunos protocolo familiares se establece que la familia tiene que dar ejemplo y se suele  disponer principalmente en tres capítulos: “valores familiares y empresariales”; “normas de conducta y conflictos de intereses” o “el trabajo de la familia” (ver mi libro El Protocolo Familiar ¿Sí o No?, capítulos 4, 5 y 6). 
Una forma de plasmar en el protocolo familiar la ejemplaridad en el trabajo podría ser la siguiente: 

“Creemos que la familia debe dar ejemplo en su trabajo. Toda la familia debe estar comprometida con la empresa y trabajar, al menos, tanto como el que mas trabaja. Trabajaremos todas las horas que hagan falta para que nuestra tarea y la de los demás, en cuanto dependa de nosotros, salga adelante. Creemos que la falta de ejemplaridad en el trabajo sólo nos traerá problemas entre nosotros y un personal desmotivado. Preferimos que los miembros de la familia que no vayan a cumplir con esto no se incorporen y desarrollen su profesión fuera del negocio familiar.”
La familia que establece en su protocolo una redacción como la anterior deja las cosas muy claras a los familiares que trabajan en el negocio y a los que desean incorporarse en el futuro.
La familia debe dar ejemplo de “trabajar como el que mas”, “estar al servicio del cliente y del negocio”, “trabajar con calidad y luchar para ser cada vez mejores profesionales”, “de acatar las normas” y “tener un comportamiento socialmente responsable”. ¿Esta usted y su familia dando el ejemplo adecuado? 
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Completaré este artículo con una entrega futura que denominaré La Prueba del Espejo.

Rafael Rodríguez Díaz

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